miércoles, 26 de octubre de 2011

De fuego y piel

Así me siento... porque te pienso... porque te siento...
Eres ese ser capaz de armarme un torbellino de pasión en mi interior.
Te pienso recorriéndome de punta a punta... en cúspides y llanos anatómicos... en vértices y aristas.
Te siento dentro y mi piel se enciende... me sabes llevar a los cielos infinitos del placer con solo recorrerme, con la simpleza de tu modo de hacerlo... con mi entrega... con la infinita devoción que tengo por lo que me provocas, por lo que me das... por lo que me quitas y me devuelves extasiado...
Estás eternamente transitándome, sin dejar senderos de mi geografía por recorrer... y mis poros destilan ansias de vuelo hacia esos cielos infinitos donde sabes hacerme vibrar... donde logras hacer que me desarme... que me entregue... que sencillamente goce... con un GOZO en mayúsculas, con un millón de mariposas en mi estómago, con sensaciones que me dividen para unirme luego y devolver a la vida a esta persona que soy...
Te entrego todo lo que tengo, lo que soy, lo que siento y lo que logro dejándome hacer... dejándome disfrutar y disfrutándote...
Somos eso... el fuego de un placer encendido que cuando es saciado de sus necesidades, de sus apetencias, nos retorna a un estado de plenitud...
Gracias por ser, existir y estar... por provocar lo que provocas en mi... por ser esa tormenta embravecida que me invade cuando te pienso... por ser esas llamaradas que de a ratos me queman... me encandila tu simple modo de estar en mi.